La ambición internacional por
dominar el comercio y la economía de Guayana quedó históricamente evidenciada,
primero, por los británicos al solicitar al Congreso de Angostura tierras del
Yuruari para fundar una moderna ciudad
llamada Nueva Eric, pero fueron rechazados.
Luego los alemanes pretendieron adueñarse de la economía a través de la
Casa Blohm que fracasó por efectos de la Segunda Guerra Mundial, pero que había
desplazado a la italiana Casa Dalla Costa.
Finalmente con mayor integración social lo hicieron los franceses a
través de los corsos que todavía suenan en la ciudad, aunque muy apenas, como los Palazzi y lugares
como Marcela y la Lorena.(AF)
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