
Los angostureños del pasado solían llamar la urna de los muertos “El Cajón de la Ánimas” en alusión a las ánimas del Purgatorio donde los cristianos creen los seres humanos purgan sus culpas. A él estaba ligada La Vuelta Reglamentaria, ceremonioso rito de despedida que cumplían los cargadores de la urna en la última esquina de la ciudad girando sin avanzar a ritmo de marcha y viéndose las caras antes de enfilarse hacia el Cementerio. (AF)
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