Se llamaba José
Vicente Iriarte, pero los bolivarenses lo conocían como “Tamarindo”, remoquete que le calzaron los
Parranderos de la ciudad a quienes recomendaba la pulpa del Tamarindo contra la
resaca. Tamarindo curaba las luxaciones en muñecas, codos, rodillas y caderas y
para ello, además de su técnica aprendida como Enfermero en batallones de la Fuerza
Armada, se ayudaba con ciertas oraciones y cebo de culebra morrona. (AF)
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