martes, 15 de junio de 2021

LA CRUZ DEL PERDÓN.

El Río Padre se levantó una madrugada de agosto y visitó la casa ribereña de la culisa Julia González, lamió los flecos de la hamaca donde dormía, puso a navegar las ollas de la cocina e incluso la petaca de la ropa desteñida. Luego satisfecho de su particular admonición regresó a su cauce mientras Julia se hincaba para ofrecer a la Cruz a la cual era devota, levantarle mediante colecta pública una Capilla a la orilla del río por despertarla antes de perecer ahogada. CONFESIÓN INCONFESABLE.- La popularidad de un Cura que oficiaba en una Iglesia de Ciudad Bolívar se debía según otros religiosos a que era sordo y por ello los fieles preferían confiarle sus pecados en la seguridad de que no eran escuchados pero sí perdonados(AF)

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