Manuel Centurión y Miguel Marmión fueron gobernantes
no sólo ilustrados sino también de empuje y obras progresistas.
Su único pecado fue topar con los misioneros que pretendían se
subordinara a su autoridad. Centurión
expulsó a los Jesuitas del Alto Orinoco y Marmión negó a los Capuchinos
continuasen fundando Misiones, pero éstos se alzaron y fundaron la Misión de
Nuestra Señora Belén de Tumeremo. (AF)
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