El popular Kalimán con su peculiar vestimenta que
solíamos ver en las calles empinadas del Casco Histórico, hoy quizás no lo
veamos por las inmediaciones de la plaza reclamado la Orden del Congreso de Angostura que según él le faltaba a su Tiara
de emperador, tachonada de condecoraciones, medallas, dijes y colgajos. (AF)
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